El sector náutico, uno de los más castigados fiscalmente, califica de devastadora la subida del IVA


ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas) denuncia, en su página web, que el sector de la náutica de recreo española, duramente castigado por la crisis y sometido a una doble fiscalidad que ningún otro país europeo soporta en este sector industrial, se ve claramente amenazado por una medida que dará al traste con los esfuerzos de los empresarios de este sector que luchan por mantenerse a flote tras una caída del 35% de las matriculaciones de embarcaciones de recreo en 2009.

Y es que con la subida del IVA la compra de una embarcación de recreo, de más de 8 metros de eslora, se ve grabada con un 30% más de su valor.

En España, un país con unas condiciones privilegiadas para practicar la náutica de recreo y, en consecuencia para atraer al turismo aficionado a esta actividad -un importante motor para reactivar la economía nacional-, la adquisición y tenencia de un barco de recreo está considerado un lujo sólo apto para ciudadanos con altos ingresos. Y es así porque en España para tener un barco de más de 8 metros de eslora que ya estaba grabado, antes de la recién aprobada subida del IVA, con un 28% sobre su valor de compra (el 16% de IVA más el 12% de impuesto de matriculación), habrá que pagar, a partir del mes de julio en que entre en vigor la medida, otro 2 por ciento más, es decir un 30% de impuestos.

EL CHECK-IN


A la hora de alquilar una embarcación, cuando uno asume la responsabilidad de ir como patrón de un grupo de familiares, amigos o conocidos, debe tener claro determinados aspectos. Entre las responsabilidades del patrón está la de conocer el velero que va a gobernar. El patrón debe exigir a la empresa arrendadora la realización de un check-in a fondo. Normalmente, la empresa arrendadora, suele entregar al patrón un listado ordenado del material (inventario), una serie de consejos prácticos, para resolver pequeños problemas que puedan surgir durante el charter y el parte meteorológico de la zona. Esto sería lo deseable.

El patrón debe revisar el estado de la embarcación, junto con un miembro de la empresa arrendadora (cuadro eléctrico, fondeo, motor, estado de las baterías, motor auxiliar…), y comprobar que el material que viene anotado en el inventario está a bordo y en buen estado de conservación. Sobre todo, debemos hacer incapie en conocer los elementos de seguridad de que dispone la embarcación. Si tenemos alguna pregunta, es el momento de realizarla. Por último, comprobar que la documentación del barco está en orden y con los permisos necesarios.

Durante la revisión de la embarcación es aconsejable que el resto de la tripulación permanezca fuera de la misma; pueden aprovechar para comprar la intendencia, tomar un refresco, o simplemente conocer el puerto deportivo de la zona. A bordo, deberían quedar únicamente el patrón, un ayudante, y un representante de la empresa. Es muy difícil realizar una revisión de la embarcación en condiciones si, a bordo de la misma, nos encontramos que el resto de la tripulación está estibando el material, admirando el barco, levantando los tambuchos…

Una vez finalizado el check-in, y comprobado que todo está en orden, lo habitual es firmar el inventario. Es aconsejable que la empresa arrendadora facilite una copia del inventario al patrón. De esta forma, podrá consultarlo en cualquier momento. Una vez que devolvamos la embarcación ese listado servirá, a la compañía arrendadora, para comprobar que todo sigue en su sitio y detectar posibles perdidas o roturas de material.

A la hora de contratar un charter náutico


A la hora de contratar un charter, lo primero que debemos elegir es el destino; el lugar donde vamos a navegar. Una vez que hayamos elegido el destino, debemos tener en cuenta la época del año en que vamos a alquilar la embarcación. Todos los destinos tienen temporadas de más o menos demanda. La temporada alta, normalmente, suele ser la más favorable por las condiciones climáticas. No obstante, esto no siempre es así, ya que estas temporadas suelen coincidir con el pico más alto de demanda. Por ejemplo, en lo que respecta al mediterraneo, el mes de julio y agosto son los que concentran más gente de vacaciones, por lo que son meses en los que hay mayor demanda. En cambio, los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, suelen ser idóneos para la navegación y la demanda es inferior. En estos meses, generalmente, ya reina el buen tiempo, hay menos tráfico marítimo y los precios suelen ser más económicos.

Es importante, a la hora de elegir el destino, informarnos sobre las características de la zona y las condiciones meteorológicas que nos encontraremos. También es importante planificar la navegación que realizaremos: calas que podemos visitar, puertos que nos encontraremos, zonas de interés para realizar inmersiones, observación de cetáceos… Esta planificación debe ser flexible y contemplar diversas alternativas, ya que estamos a merced de las condiciones meteorológicas, y ya sabemos que la meteorología no es una ciencia exacta.

La duración del charter es otra de las decisiones que debemos tomar. Evidentemente dependerá mucho de nuestro presupuesto. Normalmente, las condiciones que ofrecen las compañías de charter suelen potenciar el alquiler por semanas completas, sobre todo en lo que se refiere a la temporada media y alta. Durante la temporada baja, es posible negociar salidas de fin de semana. Algunas compañías realizan ofertas para navegar fuera de temporada, a través de unos bonos llamados generalmente forfait de navegación. Este método permite navegar en días sueltos a un precio muy reducido.

Finalmente, una vez escogido el destino, recopilada la información de dicho destino y la duración del charter, viene la tarea de escoger el tipo de embarcación. Generalmente dependerá de nuestros cocimientos y preferencias (velero, catamarán, barco a motor…), el número de personas a embarcar y el presupuesto de que disponemos. El velero monocasco es la embarcación que copa la mayoría de la oferta existente en el mercado.